Si la reclamación está cubierta por la garantía legal o del fabricante, por lo general, no tendrás que asumir ningún coste. Sin embargo, ten en cuenta que en devoluciones desde el extranjero pueden aplicarse gastos de envío y posibles tasas aduaneras. Además, debes asegurarte de que el artículo llegue limpio y con todos sus componentes, especialmente en el caso de dispositivos de comunicación.